“LAS COMUNICACIONES EN EL PERÚ AL ESTABLECIMIENTO DE LA COLONIA”
El Perú, con los incas como gobernantes, formaron una cultura determinada y con estilo propio para hacer desempeñar diferentes roles a lo largo del imperio, estos a medida en pasaron los años intensificaron (como cualquier cultura dominante) sus tradiciones, ideologías, etc. pasadas de generación en generación sin tener idea de lo que se venía para el futuro de su imperio y que afectaría toda la sociedad y la cultura en contexto.
Entre los siglos XV-XVI ocurre la conquista española en el Tahuantinsuyo y el panorama cambia rotundamente para los pobladores peruanos. Se da inicio a otra etapa muy diferente en nuestro país, el virreinato del Perú establecido con normas españolas, tradiciones españolas, leyes españolas; es decir comunicación española para los incas, ¿y cuáles fueron las consecuencias de todo este proceso colonizador en nuestro país?, la respuesta está en las dificultades sociales, los grandes abismos y desniveles que se iniciaron con la mescla y separación de 2 culturas en un mismo territorio, convirtiéndose (en el aspecto cultural y comunicativo-social), la colonización, en un estancamiento poblacional indígena y un desorden indigno dividiendo evidentemente las sociedades que recién se habían formado. Debemos mencionar también un aspecto importante en el manejo de cómo se organizaron la cultura dominante y los indígenas sometidos, pues con toda esta situación entra en escena la necesaria intercomunicación de las 2 partes por medio, en su mayoría, de los clérigos católicos, que a continuación mencionaremos con más detalle.
· Dificultades sociales para el intercambio de comunicación:
El virreinato, en su primera etapa se caracterizó, como ya lo habíamos mencionado por encontrar una sociedad dual de españoles peninsulares e indios peruanos, constituyendo un bloque social dentro de la compleja organización establecida durante este periodo. Básicamente, la problemática de la comunicación social a la llegada de los conquistadores españoles a nuestro país, donde establecieron sus colonias y obligaban sometiendo a la esclavitud a los indios aborígenes, se da representando una realidad en la que las diferencias lingüísticas primaban y el intercambio informativo se hacía mucho más difícil, apareciendo algunos intérpretes españoles, en su mayoría, clérigos de algunas órdenes religiosas que llegaron a América junto a los conquistadores, con la intensión de evangelizar y cumplir misiones católicas.
Un tema de gran importancia fue la inexistencia de la escritura en el Perú, situación que acentuó aún más la falta de comunicación entre sociedades. Muchos autores escribieron sobre esta etapa, un ejemplo de esto, lo encontramos en las crónicas del Inca Garcilaso De La Vega, citando ese conocido episodio en que el inca bota la biblia y los españoles lo toman como una grave ofensa, que termina con la ejecución de Atahualpa y demás, también está la obra “la comunicación imposible” de Juan Gargurevich, y muchos más escritos que demostraban el bajo nivel comunicativo que se tenía en aquel entonces. Podemos señalar pues que la comunicación con el nuevo mundo se hizo por medio de una mezcla de malos entendidos, distorsiones, etc. acrecentando más el problema.
Definitivamente los españoles y los indios aborígenes utilizaban sus propios idiomas para poder comunicarse y frente a la colonización europea los sistemas de comunicación y contenidos informativos de estas eran inválidos.
· Interpretación mediática de los clérigos:
Los clérigos llegarían a recorrer distintos pueblos repartidos a lo largo del Tahuantinsuyo, aprendiendo así algunas lenguas aborígenes, dando paso a la comunicación con los españoles y su interpretación lingüística, constituyendo un principal avance en cuanto a las dificultades de comunicación generadas en aquel entonces. Aunque la situación no fue del todo favorable pues solía ocurrir que, los clérigos al aprender de pasada el idioma nativo, no traducían adecuadamente sus significados, trasladando la información a los españoles equivocadamente, como lo determina un autor diciendo: “las traducciones de los misioneros, muy forzadas, contribuyeron igualmente a la incomprensión; a los que ayudaron los llamados indios ladinos”, que malinterpretaban tanto el castellano como el idioma que hablaban.